Motorolas

Rosalia y Rauw Alejandro terminaron su relación y las redes se desangran de desilusión. “El amor dejo de existir”, “cómo vas a cuernear a Rosalia”, “A Raw Alejandro hay que colgarlo en alguna plaza”, “Si le pasó eso a una motomami, qué nos queda a las motorolas”. Todo el planeta tiene el corazón roto por esa pareja que parecía reencarnar lo que el mundo nos contó que tenía que ser el amor. Plenos, millonarios y ¿sin dramas?

La confusión cuando pasan estas cosas es total porque realmente nos encanta comernos el cuento entre dos pancitos. Entendemos que el amor para toda la vida era una forma de ordenar a una sociedad que fabricaba heladeras, mesas y ropa que acompañen ese sentimiento duradero pero aún así insistimos con el beso del príncipe. Antes todo estaba pensado para que exista el mayor tiempo posible, hoy los vínculos son un poco como los laburos, los celulares o las zapatillas. La mayoría corta antes de romperse y si bien el empeño para que eso funcione existe, la realidad te cachetea y te cuenta que nadie tiene porqué quedarse en lugares en donde no estamos plenas.

Las redes además potencian la mentira y hasta se sienten traición esos posteos de amor incondicional cuando meses después se revela que al final ni siquiera estaban juntos. A Rosalia y Rauw sus propios fanes le están pegando carpetazos porque los posteos no coinciden con las fechas y me da gracia como el éxito y el dinero, contrario a lo que nos venden, no logran nunca calmar los demonios. No existe monto de guita que elimine frustraciones porque en definitiva la angustia no tiene valor ni peso ni instagram.

Los carpetazos incluyen investigaciones a través de las redes en donde sus seguidores descubren infidelidades por algún posteo que tiene un reflejo de algún espejo en alguna de alguna de las tantas casas que tienen los artistas. “Acá se ve una mano con uñas largas y la campera que Raw uso en un evento en el 2012. Esas uñas son del mismo color que las de esta modelo hondureña que raw conoció en un recital”. Ese nivel de anda a chequearlo manejamos.

Los paradigmas colapsan. El amor romántico le gana al libre y continúa traicionando como aplanadora. Enteras y empoderadas pero con la esperanza intacta de encontrar un amor que dure para siempre. De hecho me arriesgo a decir que la cuestión romántica es lo que más garpa. ¿Queres romperla? Ármate una cuenta con tu novio y demuestren al mundo cuánta incondicionalidad hay entre ustedes. No hay nada más prometedor que un exitoso vínculo sexoafectivo.

Pero en el gate rosalia-rauw no solo pica por lo amoroso, también existe y crece porque nos encanta poner la pava y practicar el milenario y fiel recurso del chisme. Hay pocas cosas que andan tan bien como un rico y jugoso ricardo datin.

En el libro “De animales y dioses”, el historiador israelí Yuval Noah Harari plantea que nuestro desarrollo cognitivo tuvo al chisme como motor y recurso para desarrollarse. La capacidad de inventar ficciones y convencer a otros de que las crean hizo que la humanidad crezca como creció. De hecho, está comprobado que la inmensa mayoría de los mensajes que intercambiamos a lo largo de nuestra historia contienen chismes.

El cuentito, la data, los rumores, el puterío, la pavadita no son más que la herramienta que encontramos para sobrevivir en comunidad. Tener información sobre el resto nos hace seres poderosos y eso bien lo sabe Rauw Alejandro que ahora debe andar buscándose en tiktok a ver qué encuentra para salvarse.