Primero voy a decir que me llama la atención cómo, después de tantas décadas de estudios y de investigación respecto a qué es el género, qué es el sexo biológico y qué es la expresión de género, sigamos acá casi que en el mismo lugar y casi con los mismos argumentos.
Cuando vi que el temuki de los juegos olímpicos pujaba en las redes no me sorprendí demasiado porque siempre pasa pero esta vez, claro, con la derecha al poder en muchas partes del planeta, la impronta del debate tomo un tinte un poquitito biologicista si me preguntás. Miles de tuits y comentarios al respecto sobre qué tiene una jugadora entre las patas y qué debería (o no) tener, nos demostraron que el género y sus estudios, aunque nos chamuyen de que ya no importa, continúan siendo relevantes en el análisis contextual.
Segundo, exponer que otra vez nos vi como perros desorientados persiguiendo nuestra propia cola, sin darnos cuenta de que hay debates ya dados que son ásperos, mucho más complejos de lo que nos gustaría y muchísimo menos predecibles de lo que deseamos que sean. A ver, ordenar entre varón y mujer es lo más simple, tener dos variables siempre ayuda a acomodar y como humanidad venimos muy en esa hace ya siempre. No voy a intentar generar nada revelador, aunque capaz lo revelador para mi sea que algunos temas, después de darle todas las vueltas posibles, no tienen una conclusión clara sino cientos de ellas y todas, o su mayoría, pueden ser válidas.
Es interesante porque en las olimpiadas se ponen en juego muchas más cosas que un juego, la cuestión sociocultural atraviesa y queda expuesta. Como esa contradicción brutal entre una apertura a puro glam queer y al toque el revuelo sobre la boxeadora argelina Imane Khelif por sus niveles altos de testosterona. O también esa foto tremenda de voleibol en Río de Janeiro del 2016 que volvió a resonar y que tiene de un lado a la egipcia Doaa Elghobashy, cubierta desde los tobillos hasta la cabeza, y del otro a la alemana Kira Walkenhorst, toda fresca y suelta en bikini. El contraste es total y la pregunta de qué nos ponemos las mujeres reaparece en la escena. Otro gran: NDD (No de nuevo, decía).
A su vez, esa imagen nos habla de cómo el machismo blablabla pero creo a esta altura ya estamos un poco hartas de cómo el machismo blablabla. Después de tantos debates en esa arena, nos merecemos dar un paso adelante y aceptar las condiciones materiales de nuestra existencia actual. En el caso de la foto, esas dos chicas así como tantas otras eligen y deciden todos los días de su vida dos opciones diferentes sobre lo mismo y en definitiva de eso se trata. De ver con qué herramientas y deseos contamos y así poder armar nuestra propia cosa hoy.
Y en el caso de la boxeadora, la necesidad de reglas claras impera también, pero con discusiones ya dadas y avances que implican un verdadero reconocimiento de la identidad de género como un factor importantísimo a la hora de producir, generar y competir. Lo biológico existe así como también existe la cultura que lo saca cada vez más seguido a bailar.
Igual no me voy a hacer la distraída, mi idea no es restarle valor al debate tan complejo sobre la cuestión hormonal, entiendo que además todo esto es organizado por un reglamento muy varón y muy sesgado que está cada vez más perdido que tu ex. Pero aún así siento que tenemos que corrernos de algunos lugares por donde pasamos ya tantas veces y entender que, como movimiento feminista, desde un tiempo a esta parte, avanzamos demasiados casilleros como para volver a cuestionarnos boludeces.
Lo queer, lo gris, los colores que no son ni blanco ni negro, los matices, las mezclas, lo relativo, la sustancia que hace a la cosa, el ancho y amplio camino del centro, la primavera o el otoño, las terceras posiciones o las cuartas o las décimas. Todo eso también forma parte de nuestra realidad y quien no quiera verlo sólo sufrirá.
Tal vez te preguntarás: entonces, Paulita, ¿cuál es la respuesta? ¿Por qué no estás tirando factos? ¿Por qué este nlp me está confundiendo más de lo que me está aclarando? Y yo acá no puedo más que responderte de forma honesta que muchas veces estoy más confundida que antes y más perdida que vos.
Es muy loco porque si miramos para atrás, con la cantidad de opiniones, hechos y debates que nos trajeron hasta acá, hoy cada quien puede posicionarse en lugares muy distintos con infinidad de argumentos complejos o estúpidos y no nos queda más remedio que aceptarlo. Pero lo que no se puede hacer y que pienso que es la real batalla ganada, es sostener ideas con el título de la verdad revelada. Después de tanto ya sabemos que, en realidad, nadie parece tener el 100% de la razón. Mucho menos si sos JK Rowling. Ahre.
Por mi parte invito y celebro profundizar en estas cuestiones que nos importan tantísimo y que tienen a la perspectiva de género como foco. Primero porque es a lo que me dedico y me motiva mucho pero a su vez porque los incels y conservas están empeñados en subestimar estos debates y nos quieren hacer creer que eso ya pasó. Bastante claro está que no y quiero pedir disculpas desde ya por la contradicción: en este caso y con ellos en frente, no hay nada más lindo que tener la razón.
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No tengo profundas reflexiones sobre el tema, pero sí pienso dos cosas: primero que a partir de esto se empieza a cuestionar si las propias reglas de los juegos tienen sentido, en cuánto a la división en hombres y mujeres para competir (sin sacarle la seriedad y el profesionalismo de un evento como este); y segundo me pregunto, ¿por qué les damos voz, les damos reconocimiento a personas como J.K Rowling o Elon Mask?, ¿qué tienen que ver ellos con la identidad de género o incluso con el deporte?, ¿por qué tener como "referentes" a personas que no saben nada sobre el tema?
La conciencia individual y las individualidades avanzan siempre más rápido q la conciencia colectiva. Los juegos olímpicos, como muchas convenciones sociales, dejan a la luz reglas y acuerdos q caducan antes de q podamos pensar en cambiarlos. Pero eso no significa q no estén caducos! Hablar hablar repensar las cuestiones y abrir debate siempre es positivo. Y yo lo considero urgente. Aunq se sienta q damos un paso para adelante y dos para atrás, hay q seguir abriendo la gama de grises y ensanchando los centros. Hay grietas y esas ya no pueden volver a unirse... se va a romper.